Psicoanálisis

En 1976 se sugirió que la ECM era una forma de despersonalización, de disociación, que actúa como defensa ante la amenaza de muerte en situaciones de extremo peligro.  La disociación es la capacidad de abstraerse de larealidad (verbigracia, alguien que está concentrado viendo la televisión); este tipo de respuesta aparece en algunas víctimas de trauma (secuestros, violaciones…) que, inconscientemente, intentan evitar esta realidad desagradable con fantasías más apacibles.

La experiencia de abandonar el propio cuerpo  no sólo está asociada con la vivencias cercanas a la muerte, el consumo de algunas drogas como la ketamina o situaciones extremas como las que viven los pilotos de caza, también ha sido recreada en el laboratorio. La clave está en estimular una zona concreta del hemisferio derecho del cerebro conocida como circunvolución angular.

En el año 2007, The New England Journal of Medicine publicó una experiencia parecida a cardo de médicos británicos y holandeses. Una mujer de 63 años aquejada de un ruido persistente en el oído reporto que estaba saliendo de su acuerpo cuando los electrodos estimularon su giro angular, y que se encontraba a si misma desplazada 50 centímetros por detrás de su cuerpo y un poco a la izquierda. Las experiencias duran alrededor de 17 segundos y se descartó cualquier efecto placebo.

Los científicos aseguran que estas áreas del cerebro están relacionadas directamente con la percepción que tenemos de nosotros mismos, orientación y el equilibrio vestibular. Una estimulación del giro angular derecho puede alterar esta percepción de uno mismo y provocar esta especie de ilusión.

Cuando no existe una estimulación de esta área del cerebro, podemos atribuir las ilusiones a una alteración en el flujo sanguíneo ya que muchas arterias convergen en esta zona del cerebro por lo que una alteración en el mismo hará que se creen ciertas alucinaciones y además la sensación de estar flotando y viendo el propio cuerpo desde otra perspectiva. 

La sensacion de escuchar a las personas hablando en el lugar de la muerte, o incluso declarando la misma muerte del enfermo se debe a que el nervio vestibulo coclear es el último en desconectarse del sistema nervioso central, de esta forma sigue captando estímulos a pesar de que se haya declarado la muerte del paciente.